miércoles, 2 de septiembre de 2009

Pena penita pena

No estoy enfadado, y esa, no está siendo mi actitud. Lo que estoy es decepcionado por tus palabras, las que usaste para herir, no para reprochar, por lo que dijiste a lo mejor sin saber las consecuencias pero que ahora ha dejado una cicatriz que aunque se cure, no se olvidará.

A ti no te reproché el que no vinieses a verme en nueve meses, que cada vez que hablase contigo tu mirada estuviese vacía observando la televisión, que casi siempre sea yo el que te proponga hacer cosas juntos, pero ahora todo esto te lo grito para despertarnos de ese estúpido sueño que vivíamos en el que los padres y los hijos pueden ser amigos.


2 comentarios:

Pitufa dijo...

Tal vez en alguna familia pase eso... pero yo pienso que la mayoria son eso.. padres e hijos... te puedes llevar muy bien pero nunca como amigos...
Y ahora sonrie un poquito que ya es viernes!!

Lasa dijo...

Jupe, estamos a martes y ahora te contesto... ¡¡que desastre!!

Es realmente dificil convertir a los familiares que tienen responsabilidades contigo, en tus amigos. ¡Aunque no deja de ser bonico intentarlo!

(¡Espero que tu finde fuese expectacular!)