jueves, 30 de abril de 2009

Una de película (1)

-Padre, no te lo vas a creer

-Que pasa hijo?

-Hiciste bien en tener seguro a todo riesgo

-Que?

-Si, un tanque, conducido por un oficinista acaba de destrozar toda la planta baja del edificio, le he visto que ha seguido por la carretera de la ribera del río. Estaba en mi cuarto mirando por la ventana cuando de pronto un ruido atronador y todo el suelo se ha puesto a temblar. Miro por la ventana y un coche estaba siendo perseguido por un tanque que se había abierto paso desde el otro lado del bloque por el callejón del centro, luego dos coches mas que seguían a ese tanque se cayeron ambos al río, explotando el segundo al impactar con los cascotes.

-Basili, hijo, estas bien?

(Suenan disparos)

-Basili!!

-Padre, vuelve el tanque, ahora es el el que persigue a varios coches

-Hijo, vete a la cocina y escóndete. Cuando pase todo vete a casa de tu tía Maika

(Grandes explosiones al otro lado del teléfono)

-Basili!!

-Estoy bien padre, estoy bien, el tanque ha pasado por encima de varios autos haciéndolos estallar.

-Hijo, vete ahora mismo, el edificio se puede derrumbar.

-Vale. Tengo el móvil conectado.

-Te quiero pequeño mio.

-Hasta ahora padre.



lunes, 27 de abril de 2009

Los Raitons

No me veo grupi.
No me veo animadora de ningún equipo.
No tengo fantasías con ningún rockstar.
No sé qué pinto aquí.

Por qué os afináis para cada canción.
Por qué os creéis ante un estadio, cuando apenas llenáis una sala.
Por qué te sudan las orejas, joder.
Por qué tus pintas mongo-vintage.
Por qué esa contorsión de tronco mientras cantas.
Por qué esos aires de grandeza, si cuando pasas no levantas más aire que yo.

Odio a los modernitos.
Odio a los modernitos menando la cabeza a lo Pipi Langstrum.

Dile a tus notas que no me maten neuronas.
Dile a tus fans que se suiciden.
Dile a tus modos que tengan modales.
Dile a tu ego que se aparte que no te veo.

Y por favor, por favor, terminad ya el puto concierto.

jueves, 23 de abril de 2009

Aquí te pillo, aquí te mato


“Es que no tengo tiempo, Entre unas cosas y otras, no encuentro el momento”, le dijo a la conocida lóbrega encapuchada. Ella apuntó hacia él sus vacías cuencas. Apartó la capucha dejándole ver su cadavérico rostro y dijo: “mira cómo he quedado de esperarte. Raquítica. ¡En los huesos!”. Por un momento sintió lástima, y a punto estuvo de acompañarla. Pero no. Aquel fugaz, pero apasionado encuentro, de hace tanto tiempo, no la daba derecho a hacerle este chantaje emocional. Una serpenteante marca que recorría la huesuda mejilla, insinuaba una única lágrima. Tanto dolor acumulaba que fue capaz de erosionar hasta marcar el hueso. Sus años de frívolo juego mortal habían terminado con aquel error. Enamorarse. Volvió a cubrir su óseo rostro donde antaño descansaron unos perfectos y lujuriosos rasgos carnosos. Dio media vuelta y marchó. Nunca más le dio a nadie una segunda oportunidad.

lunes, 20 de abril de 2009

El piti


Sales de la biblio, horas y horas perdidas delante del ordenador intentando terminar un trabajo infumable. Sacas el estuche turco, lo abres. Tabaco, papel y filtros. En otro tiempo estuvo todo mejor acompañado por su alegre amiga verde. Pero hoy, hay que centrarse. Quitas un poco de papel, pones tabaco, filtro y ahí esta. Tus 5 minutos de placer para quitarte un poco de vida.

domingo, 19 de abril de 2009

Así están las cosas...


Ahora, cuando estas tan cerca del final, es cuando ves tantos fallos. Estúpido. No se tenía que haber llegado hasta aquí, aunque ya no hay vuelta atrás. Pero no te arrepientas por este tiempo con ella. No pienses que ha sido perdido. Recuérdalo con todo el cariño que te merece, que se que es mucho. A pesar de que desconozca si te llegará una mejor, ya te aseguro que ella ocupará por siempre una parte de ti.


Buenas noches, y descansa. Mañana, será otro día.

viernes, 17 de abril de 2009

¿Semi o entera?

Pasan los días, se termina abril y con ello la fecha para pedir la plaza, el final de la semana y aun no le he dicho nada a ella, estoy ante el brick de semi y entera y no se cual elegir...



Y es ahora, encerrado en la burbuja de la cocina, con un café esperando a que elija la leche con el que lo voy a acompañar, cuando me doy cuenta que parte de la madurez no está solo en la cantidad de cosas que haces, sino en como las haces.