miércoles, 30 de septiembre de 2009

Canción para sordos

Guitarra en manos y armónica preparada canta al fracaso desde su esquina.
Pide al gentío esclavo de las tendencias y siervo de la desidia.
Víctima del hastío es ignorado por cada transeúnte, y nota a nota construye una canción para un público sordo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

El Somme


Esperaba en su agujero, no sabía cuando empezaría todo pero supuso que poco después acabaría.

Al despuntar el alba, el chillido de un silbato marcó el comienzo de la acción y, saliendo su compañía entera, apenas unas decenas se salvaron.

Él, con los pantalones mojados, y con los ojos llorosos, siguió escondido.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Loco


¿Por qué loco? ¿Porque hablaba solo? ¿Acaso ellos habían visto a su único amigo? Si no podían verlo ni oírlo, cómo sabían que estaba solo. Precisamente eso hacía probable el hecho de que sus largas conversaciones de todo fueran reales. ¿Loco por ser capaz de ver la otra alternativa? ¿Por pretender anteponerla a la que todo el mundo aceptaba?

Hubo un día en que alguien decidió por él y dos corpulentos e imperturbables seres de blanco le agarraron con fuerza y le arrastraron. Ya no tendría que preocuparse de si estaba o no loco, de si su amigo existía o no o de si la alternativa buena era la suya. Gracias a todos y a las pastillas se había convertido en alguien normal. Ahora tampoco él veía a su ex-amigo, ni tampoco se planteaba ninguna alternativa. Le habían quitado todo lo que tenía, pero no importaba porque ahora era normal. Debía estar agradecido.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Tres noches bastaron



Hoy me ha pillado el día tonto, he estado pensando en ella. En sus besos, en su pelo, sus sonrisas. En conversaciones y mensajes que no recuerdo. En su cuerpo en mi cama que no olvido. Y con hoy, ya llevo tres meses de días tontos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

La última vez


Por fin escuchó la puerta. Había temido ese momento durante todo el día. Sabía que tenía que llegar y al final había llegado. Los pasos tambaleantes alcanzaron finalmente la cocina. Los esperaba temblando con las manos apoyadas en la encimera tras su espalda. Él apoyó el codo sobre el marco de la puerta y expiró una apestosa bocanada. Su cara estaba enrojecida por el alcohol y una autoconvicción de autoridad. Sin mediar palabra lanzó el revés de su mano contra la cara de la chica. Un hilo de sangre salpicó la pared. Alzó el puño para volver a dejar claro quién era el que mandaba por derecho propio, pero nunca llegó a alcanzar su objetivo. El cuchillo que ella había estado escondiendo en su espalda se clavó hasta el mango en su pecho. Cayó al suelo en una postura imposible con una expresión de incredulidad aterrada. Aún tuvo tiempo, entre espasmos, para darse cuenta de que sus días de mandato habían terminado. Recogió la última lágrima que fluyó desde su castigado ojo con la comisura de una sonrisa y dejó sonar su canción favorita.

martes, 8 de septiembre de 2009

¿Vago o cobarde?


Como si viajase en tren veía la luz al final del tunel, su carrera ya estaba a punto de acabar. Una meta lograda, ¿y ahora? Ahora solo falta la última asignatura, conseguir pareja, encontrar una casa de alquiler, pagar deudas, ampliar la formación, ponerse en forma, buscar prácticas curriculares...



Ante esa perspectiva decidió suspender de nuevo.

:-S

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Pena penita pena

No estoy enfadado, y esa, no está siendo mi actitud. Lo que estoy es decepcionado por tus palabras, las que usaste para herir, no para reprochar, por lo que dijiste a lo mejor sin saber las consecuencias pero que ahora ha dejado una cicatriz que aunque se cure, no se olvidará.

A ti no te reproché el que no vinieses a verme en nueve meses, que cada vez que hablase contigo tu mirada estuviese vacía observando la televisión, que casi siempre sea yo el que te proponga hacer cosas juntos, pero ahora todo esto te lo grito para despertarnos de ese estúpido sueño que vivíamos en el que los padres y los hijos pueden ser amigos.