lunes, 31 de agosto de 2009

Un poco de humildad señoritas

¿De dónde viene tu orgullo? ¿Acaso has tenido que ver algo con el hecho de que entre tu vientre y tu espalda haya gónadas femeninas? Hasta donde yo sé de biología, que no es mucho, te puedo decir, alejándome de la no verdad, que no. ¿Por qué, entonces, te crees con derecho de despreciar a un tipo que simplemente ha hecho el esfuerzo de hablarte? ¿Crees que es fácil hacer malabares con el ingenio para evitar tu sucia expresión de diva mientras la irritante voz de un aspirante a rockstar chirría en los altavoces? Pues he de decirte que sé que usas relleno. He estado en la planta de lencería del Corte Inglés y, salvo en los visillos que utilizan las mujeres de más de 60 años, todos los sujeta tetas llevan relleno. ¿A eso le llamas bailar? Lo que haces es disimular la inevitable agitación de tu cuerpo con la estridente música por culpa de tu anorexia. Tú, Barbie con celulitis, Bratz de 25 años, puede que ahora estés en disposición de ser una estúpida creída porque en tu facebook mil imbéciles de nacionalidades dispares te digan que “estás divina chiqui ;)” o que “menudos ojazos preciosa :p”, pero llegará un día en que tus sujeta pezones tengan que ser sustituidos por unas alforjas de encaje. Entonces ya nadie te mirará y el desprecio del que tanto te has enorgullecido se te pague con creces. Por eso, un poco de humildad señoritas.

viernes, 28 de agosto de 2009

Recuerda, cobarde


Ahora sólo te queda recordar. Por cobarde, no dijiste lo que tenías que decir. No hiciste lo que ahora crees que harías si estuviese delante. Ya no podrás acariciar, ni sentir el momento en que dos se convierten en uno. No disfrutarás jamás de su respiración en tu cara, ni de su voluntad sobre la tuya. ¿Hay más peces en el mar? Demasiados. Confórmate con guardar su recuerdo hasta que se pierda. Hasta que por cobarde una vez lo pierdas para siempre.

lunes, 24 de agosto de 2009

Como un niño


Cerró los ojos y se vio.
Pantalón corto.
Zapatos atados al vacío.
Camisa blanca.
Desenvolvió el bocata de serrano que le había preparado su madre.
Se lo comió.
Se acercó corriendo a la escultural fuente y se empapó.
Pegó un salto y cayó en la tierra llenándose de barro hasta las rodillas.
Fue a un quiosco y se compró una piruleta por dos reales.
Jugó al pilla-pilla con unos desconocidos.
Anocheció y se fue a casa.
Se puso el pijama y se metió en la cama.
Al abrir los ojos, vio a un sacerdote a través de la mampara lacrimosa sentado junto a su cama.
Entonaba una plegaria rutinaria sobre él.
Como un niño había vivido, y como un niño quiso irse.
Extenuando sus fuerzas sonrió divertido y sacó burlón la lengua. Para siempre.

lunes, 17 de agosto de 2009

Empujándonos

Relájate. Yo estoy aquí para sostenerte, pero aunque lleve tu peso, eso es lo que me hace poder aguantar la posición y casi siento que eres tu quien me mueve a mi. Mantenerte ahí es lo que me da aliento para seguir junto a ti. Tú te mueves y yo, no te sigo, yo ya estoy ahí contigo. Rodamos, nos movemos sobre nosotros mismos, nos exploramos. Intentamos llegar hasta lo más profundo de nosotros, atrayéndonos y capturándonos. Y de pronto, nuestros centros están conectados, por un instante, con tan solo visualizarlo y un pequeño movimiento de mi dedo, te vences sobre mí entre sudores que emanan por la emoción de haber alcanzado la plenitud, tus dedos de los pies se estiran y te mueves con nervios como entre espasmos. Y, sonriéndome, me cuentas que todo ha salido perfecto.






¿¿??

lunes, 10 de agosto de 2009

Crianzas

Tengo resaca. Me duele la cabeza y vomito cada sorbo de agua. Ayer comenzamos una borrachera que no pudimos terminar tiempo atrás, y otra vez quedó a medias a la espera de otras dos botellas de vino que se crucen en nuestro camino para que a estas les podamos achacar la responsabilidad de los actos que ambos quisimos empezar. Yo por mi parte... solo decirte que he comprado otras doce para nunca quedarnos cortos y esperando tu llamada me tienes para juntarnos otra vez para echarnos más risas.