lunes, 2 de abril de 2018

Mar de ceniza.

Una colilla más derivaba por el mar de ceniza. A los lados veía los naufragios y los restos de las demás colillas que habían quedado encalladas en aquel mar de dunas grisáceas. Poco le quedaba para ser una de ellas. Lo sabía. No importaba, desde el momento en que había sido concebida, había sabido cuál sería su destino. Miró una vez más hacia los lados para ver los cadáveres varados. Sobre un mar de ceniza reposaba. Se dejó arrastrar hasta el fondo, y allí permaneció inmóvil, oscurecida, resignada y triste. Bajo un mar de ceniza se apagó.