sábado, 30 de enero de 2016

Y se murió.

Una vela se consume. La luna llora su luz.
La cera se arrastra espesa. La mortecina luz azulada alumbra.
Un cuerpo inane. Un ser muerto.
Un ser que sabe que muere. Mira al cielo.
Se mira las manos. Piensa en sus hijos.
Tanto había pensado que tenía tiempo que no se dio cuenta.
El final estaba tan lejos. Hacía unos días no sucedía nada.
Ahora se muere. Ahora un cruel ser con bata le dice que se muere.
Ahora siente no haber contado cada segundo. No haber visto a sus hijos.
No haber hecho lo que tenía idealizado.
Una espesa densidad nubla el entendimiento. ¿Realmente está pasando?
Sueña que no se muere. Sueña que no pasa nada. Y se alivia.
Pero se despierta y la realidad la golpea en la cara. Se muere.
Realmente se muere. Las pocas semanas que quedan se apelotonan.
Cada día que se descuenta le queda uno menos para ver a sus hijos.
Para beber agua. Para reírse.
Burocracia indolente la asedia. La hace perder el tiempo que tan poco le queda.
Trámites de su muerte. Su entierro.
Aquellos externos que no mueren deciden por ella. A dónde tiene que ir. Dónde tiene que quedarse. Qué tiene que hacer.
Ella sólo quiere no morir. Quiere que no decidan por ella. Quiere seguir viviendo.
Pero da igual. Va a morir.
La angustia la devora. Todavía quedan tres semanas.
Sólo quedan tres semanas. Piensa. Piensa cómo prepararse.
Qué hay que hacer.
Te educan en la historia. Te educan en la responsabilidad. Te educan en no salirte jamás del camino.
Pero nadie te enseña a morir. Qué hay que hacer. Qué hay que decir. Se muere y lo sabe.
Cada día que pasa no es como antes. Cada día que pasa es uno más hacia su muerte.
Y eso permanece en su cabeza. Eso no se borra. Esa agonía que supura ansiedad envuelve cada momento. Cada sueño.
Cómo hablar con alguien que la llama. Qué decirle. "Me muero, qué más quieres que te diga".
Qué normalidad se busca en esa situación. No la hay.
Y al final, sigue dando importancia a los hechos a los que daría importancia si no fuese a morir. Sigue pensando en la burocracia. En los papeles. En cómo llegar donde la tienen que enterrar.
Y así se nos educa.
Y así morimos.