lunes, 13 de enero de 2014

Sentimiento oscuro.

Se dejó inundar por la oscuridad. Notaba cómo crecía en él. Le coloreaba. No se entregó al mal. No se entregó al bien. Se dejó templar por el negro. Nunca se había sentido tan neutro y, a la vez, tan decidido. Llamó a sus hermanos los cuervos y emprendió el vuelo.
Hacia ningún sitio.

Recurrencia recurrente.

Quiero abarcar tu boca con la mía. Beber de tu saliva. Que tus labios no pasen frío y que tus dientes choquen con los míos. Notar la rugosidad de tu lengua. Que toda tu sonrisa encuentre albergue dentro de mí. Que toda mi sonrisa no se escape más allá de tus comisuras. Degustarte con los dedos. Calcarte en mi cerebro con mis manos. Hacer ventosa con nuestras bocas para que no puedan separarse nunca. Ojalá pensases como yo. Para así, poder hacer recurrencia del recurrente tema siempre que quisiésemos sin que nos costase. Y, sobretodo, sin que nos cansase.

Últimamente VI.

"Últimamente la gente decide cuándo entra en tu vida y, lo que es peor, cuándo sale". Eso es lo que pensó mientras le daba otra calada al espirituante desdensificador de almas, al catalizador de espesura. No importaba el ordinal que la ubicase en esa sucesión de inspiraciones ahumadas. Simplemente era una más. ¿Por qué las personas tenían esa capacidad de decidir repercutiendo en él? "Quizá - pensó - es porque últimamente las personas son más egoístas y no tienen apego hacia nada, salvo a sí mismos". Pensó en si él había hecho lo mismo. Encontró situaciones parecidas, pero no tan exageradas como para considerarle un entrometido, ni un frívolo, ni un egoísta cinético. Qué solución había a esto. Concluyó que lo mejor sería seguir aspirando ese contaminante nervioso, ese vapor ronco, y no darle vueltas a algo que no podría cambiar sin cambiar su forma de ser, y decidió seguir siendo lo que era aunque eso supusiese no poder ser el dueño del derecho de admisión en su vida.

Prisión musical.

Bailaba y bailaba en círculos al son de la musiquilla tintineante de la cajita de música.
Soñaba y soñaba con poder liberarse de su postura de cisne y salir de aquella prisión musical.
Y sobretodo, deseaba y deseaba poder alcanzar algún día el armario de los soldaditos de plomo.