viernes, 28 de junio de 2013

Un sueño.

Te odio. Antes me era indiferente tu vida. Ahora sólo deseo tu muerte. Crees que la categoría que te respalda entre esas cuatro paredes te da derecho a tratarme como a las pelusas de tus arrugas. Como si pudieses disponer de mi vida a tu antojo. Como si mis inquietudes no existiesen más allá de las tuyas. Espero que algún día un infarto muerda tu corazón y yo sea la única persona presenciándolo. Y que mi móvil sea el único teléfono en 10km a la redonda. Te miraría. Llamaría por teléfono dejándote idealizar con la esperanza de que estuviese pidiendo ayuda. Entonces, te lo pasaría y disfrutaría de tu agonía cuando escuchases la frase "buenas noches, ¿cuál va a ser su pedido?". Me carcajearía en tu cara mientras te arranco el teléfono de las manos y me marcharía. Me marcharía pensando que me repugnas tanto, que ni siquiera me daría la vuelta para ver cómo mueres.

miércoles, 26 de junio de 2013

Un niño en los 90.

- Hijo, ¿por qué pegas el mosquito a ese moco?
- Para que algún día puedan clonar nuestros dinosaurios, papá.