lunes, 1 de octubre de 2012

Últimamente II

Ilusionarte con algo sólo te da la posibilidad de estrellarte. Eso es lo que pensó mientras se encendía el cigarro de liar de camino al bar. Joder, cómo era posible que la ilusión hacia alguien no le pudiese durar más de una semana. Y no ya por su carácter emocionalmente irregular, sino porque la otra persona lo decidiese así. Cómo alguien se podía entregar de esa manera y hablar tanto sobre sentimientos compartidos y en la misma dirección hacía un día, y al día siguiente romper con todo y mandarlo a la mierda. No tenía sentido. ¿Es que no era verdad todo lo que le había dicho? Se sentía como el tonto del pueblo cuando se da cuenta de que la gente no se ríe con él sino de él. Qué iluso, cómo podía haber pensado que algo iba a ir bien. En cualquier caso reaprendió una lección que ya debería saberse al dedillo, no dejaría nunca más que la emoción hacia nadie creciese, no iba a volver a regar sus sentimientos con la ilusión fingida de nadie. Últimamente, incluso cuando parecía que empezaba a abrirse un camino pequeño para la luz, de pronto se taponaba y se volvía todo más oscuro si cabe. ¿Existiría alguna manera de salir de esa oscuridad? Lo iba a seguir intentando, pero cada vez lo veía más negro.