domingo, 10 de enero de 2010

Abobaliconado


A las 8 la gente inmersa en sus MP3 y libros no suele sonreir, menos si fuera nieva y hace frío, y yo no iba a ser menos. Pero me crucé con un ángel, y no pude más que sonreir atolondradamente como tributo a su hermoso perfil. Ella lo vio y me devolvió la sonrisa. Hoy el trabajo lo afrontaré de otro modo un poco más optimista.