Me pesan los muertos que no he matado y las explosiones que no he producido. Me duelen los llantos de los hijos que no dejo huérfanos y los quejidos de la gente que no mutilé. La guerra no la he provocado, la guerra, tampoco la he luchado. Pero ahí está y sigue haciendo daño a las personas, y esto es lo único que se me ocurre hacer en su contra. Solo espero que un día salgamos todos a la calle, juntos, de la mano, y gritemos al unísono que nos queremos por que sí. Realmente, no necesitamos más razones.
P.D: Matadero cinco de Kurt Vonnegut. A la primera no lo entendí. A la segunda, me fascinó. Así es...