miércoles, 22 de diciembre de 2010

Papiroflexia


Sus alas empezaron a vibrar por la suave brisa que corría por el patio y entonces decidió que la tierra no era su lugar; al empezar a volar, con cara de asombro dos chiquillos se pusieron a chillar ya reírse de la emoción de ver surcar los aires a la criatura que habían visto crecer.

2 comentarios:

Vero dijo...

Crea actividad :)

Lasa dijo...

bueno, se crea lo que se puede, que a veces no damos pa más....