lunes, 1 de noviembre de 2010

Que noooo


No, hoy no puedes escribir más. Es tarde, no se te ocurre nada. Estás intentando forzarte cuando siempre ha sido la inspiración la que llegaba primero y no al revés, ¿dónde estará? En otra ocasión escribiré más.

-¿En otra ocasión? - Susurra el pequeño duende verde con polainas de encima de mi hombro mientras oculta un cuchillos ensangrentado detrás de su espalda.

-Si, mañana lo intentaré de nuevo... - Contesto en voz alta.

Apago el ordenador y voy a caer entre las sábanas. Inspirar... expirar... ¡El duende ganó!