sábado, 25 de octubre de 2008

Calor

¿Me acosté con mi amante y me desperté con mi novia? Todo fue calor al principio, no podía abrazarla sin que mi cuerpo entero se pusiese a arder. Pasaban los minutos después del primero y me despertaba para volver a empezar el juego. Tripa, espalda, piernas, costado, culo… Las caricias no paraban y yo me ponía más y más caliente. Llegó un punto en que ya no era lo mismo, empezaba a enfriarse la cosa, y todo en la misma noche. Cuando me desperté, la entre mis sabanas, ella un helado témpano y yo un animalito que buscaba un calor que ahora se negaba a darme, me di cuenta que ese ardor había acabado y para tener una noche igual, la tendría que cambiar.






No hay comentarios: