viernes, 28 de enero de 2011

Tampoco debe ser todo tan malo

Llegas tarde por culpa del transporte público, sales más tarde de lo habitual por ello y porque una vez más tu jefe te exige más de lo que puedes dar. Hoy apenas comes rápido algo de comida rápida, hipercalórica e hipoalimentícia. A duras penas llegas a final de mes con el sueldo de un trabajo que te impide desarrollarte tal y como pensabas hacerlo al terminar tus estudios. Tampoco debe ser todo tan malo. Montas en el vagón de vuelta a casa, rodeado de otras tantas caras largas que como la tuya maldicen el día en que se vieron sumidas en este nuestro pozo de mierda. Pero ahí entra esa señora con un pequeño querubín entre los brazos, y con sonrisa bobalicona todos empezamos a jugar con su mirada mientras hacemos divertidos gestos que dejan nuestros problemas en el fondo del cerebro. Si somos capaces de volver a sonreir, tampoco debe ser todo tan malo.

PD: Misteriosamente, este mismo efecto lo consiguen los cachorritos de los animales. ¿Porqué?

3 comentarios:

Vero dijo...

los cachorros es para dar pena a los depredadores...que eso lo leí en algún lado y los bebés pues para acabar con la mala leche humana, o eso parece :D

Lasa dijo...

pues me zamparía ahora mismico a un cachorrín de Labrador, asaico con patatas....

Vero dijo...

:(