lunes, 17 de agosto de 2009

Empujándonos

Relájate. Yo estoy aquí para sostenerte, pero aunque lleve tu peso, eso es lo que me hace poder aguantar la posición y casi siento que eres tu quien me mueve a mi. Mantenerte ahí es lo que me da aliento para seguir junto a ti. Tú te mueves y yo, no te sigo, yo ya estoy ahí contigo. Rodamos, nos movemos sobre nosotros mismos, nos exploramos. Intentamos llegar hasta lo más profundo de nosotros, atrayéndonos y capturándonos. Y de pronto, nuestros centros están conectados, por un instante, con tan solo visualizarlo y un pequeño movimiento de mi dedo, te vences sobre mí entre sudores que emanan por la emoción de haber alcanzado la plenitud, tus dedos de los pies se estiran y te mueves con nervios como entre espasmos. Y, sonriéndome, me cuentas que todo ha salido perfecto.






¿¿??

3 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya tela con el relato, super subidito de tono.....
me ha gustado me ha gustado

Lasa dijo...

Pues no es tan subido... hablo del Taichi y el empuje de manos. Estoy intentando convenceros de que os de clase a base de mostraros lo erótico que puede llegar a ser. Y el taichi también.

Vecu dijo...

xDDD. Maldita sea. Hay uno de la foto que se parece a ti o a tu primo.