
Y es ahora, encerrado en la burbuja de la cocina, con un café esperando a que elija la leche con el que lo voy a acompañar, cuando me doy cuenta que parte de la madurez no está solo en la cantidad de cosas que haces, sino en como las haces.
Es un espacio para hel-arte, ya sea por la frescura de ideas o por la belleza de los relatos. Cada comentario se agradecerá como si fuese hecho por el mismísimo señor supremo que todo lo sabe. Muchas gracias.
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