sábado, 30 de noviembre de 2019

Esclavitud.

Cuando sales del colegio o instituto y terminas la universidad y empiezas a trabajar, te das cuenta de que una cosa ha cambiado, ahora es una entidad ignota y arcana la que compra y paga por tu esclavitud, mientras que antes eran tus padres quienes compraban y pagaban por ella. El resto permanece. Sigue habiendo guays y marginados. Sigue habiendo bullying, salvo que ahora es más disimulado. No te tiran grapadoras a la cabeza, simplemente te hacen el vacío de forma casi discreta. Despojos que antaño eran y fueron carne de patadas y abusos, de alguna forma, han medrado y son ellos los que ahora las propinan y abusan. Permanece. Sigues teniendo vías de escape, pero ya no consisten en ir los viernes a casa de tu amigo a jugar con la Mega Drive. Ahora consisten en ir con otro amigo que sustituyó al antiguo a beber en cualquier bar. En lugar de tener el Tema Uno y Dos para el lunes, tienes que tener el final del ágil Sprint. Todo ha cambiado salvo una cosa, tu vida sigue sin ser tuya.

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