martes, 29 de agosto de 2017

Realidad o sueño.

Ya no sé si te he soñado. O si es que sucediste de verdad.
No sé si los recuerdos, que ya empiezan a deshacerse como las nubes en el aire, son reales.
Por mucho que me esforcé en tatuarte en mis retinas, te veo difusa.
Tus curvas. Tu cadera ligeramente hendida por la goma de las bragas.
No recuerdo si eran las bragas del panda o con encaje.
Mis labios deslizándose por tus muslos. Mi lengua acariciando tus glúteos.
Mi saliva mezclada con la humedad de tus rincones.
Mis manos apretando y acariciando tus pechos.
Tus pezones abrazados por el pellizco de mis dedos.
¿Acaso ha sido un sueño?
Ojalá no hubieses sido más que un sueño finito.
Una fantasía pasajera que hubiese estrangulado mis emociones con sus tentáculos oníricos.
Ojalá no fueses más que una de esas beldades que estimulaban la inspiración de los poetas en su agonía.
Dicen que si sueñas tres veces lo mismo, se hace realidad.
Tú eres un sueño recurrente, sin embargo, no te has hecho realidad.
Espero que aquella realidad que fue un sueño, deje de ser nada en mí.
Y que este sueño que atormenta mi realidad no vuelva nunca más.